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lunes, 3 de junio de 2013

Homero Aridjis

Homero Aridjis



Poeta y periodista mexicano nació en Contepec, Michoacán, 1940. 





Estudió periodismo y escribió desde muy joven en suplementos culturales. Entre 1959 y 1960 fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Colaboró en la edición de las antologías Poesía en movimiento (1966, con Octavio Paz, Alí Chumacero y José Emilio Pacheco), Seis poetas latinoamericanos de hoy (1972) y New Poetry of Mexico (1972). Fue fundador y director de la revista de poesía Correspondencias y jefe de redacción de la revista Diálogos. En su larga trayectoria como promotor cultural dirigió el Instituto Michoacano de Cultura y coordinó tres festivales internacionales de poesía; se desempeñó también como diplomático en los Países Bajos y Suiza.

        En 1985 cofundó el Grupo de los Cien, grupo ecologista integrado por artistas e intelectuales de todo el mundo comprometidos con la defensa del medio ambiente, y cuya labor ha sido reconocida en diversas ocasiones. Desde 1995 publicó quincenalmente en el diario Reforma artículos sobre medio ambiente, cultura, política y literatura. En 1997 fue elegido presidente del Pen Club Internacional para el periodo 1997-2000. Obtuvo el premio Xavier Villaurrutia en 1964 por su poemario Mirándola dormir; posteriormente, en 1997, mereció el premio Roger Callois al conjunto de su obra; recibió además en dos ocasiones la beca Guggenheim.

         Homero Aridjis es uno de los intelectuales de mayor prestigio en México. Su obra, traducida a quince idiomas, comprende más de medio centenar de libros. Como poeta ha desarrollado una extensa producción en la que ha cantado al amor y a la muerte y en cuyos versos se advierte un trasfondo metafísico. Es autor de poemas de gran sensualidad, inspirados en los mitos clásicos (Perséfone, 1967), pero su estilo, influido en los inicios por Octavio Paz, fue orientándose después hacia una máxima depuración y sencillez discursiva, en la línea de José Emilio Pacheco. En el volumen Ojos de otro mirar (2002) recogió cuatro décadas de su poesía. Entre sus libros anteriores pueden citarse Los ojos desdoblados (1960), Antes del reino (1963), Mirándola dormir (1964), Perséfone (1967), Los espacios azules (1968), Quemar las naves (1975), Vivir para ver (1977) y Construir la muerte (1982).

                 Su registro poético es amplio: abarca desde el verso libre hasta la prosa lírica. Aunque su obra es básicamente poética, incursionó con bastante fortuna en la novela histórica. De su obra narrativa destacan las novelas 1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla (1985), Memorias del Nuevo Mundo (1988), El Señor de los Últimos Días: Visiones del año mil (1994), La montaña de las mariposas (2000), La zona del silencio (2002) y La Santa Muerte (2004). También ha publicado obras de teatro, de ensayo y de literatura infantil.





Sobre su Obra:

Aridjis ha publicado 41 libros de poesía y prosa, muchos de ellos traducidos a quince idiomas. Sus reconocimientos incluyen: Premio Xavier Villaurrutia 1964 al mejor libro del año por Mirándola dormir, el escritor más joven en recibirlo; el Premio Literario Novedades y Diana 1987-1988 por Memorias del Nuevo Mundo; Premio Grinzane Cavour para mejor novela extranjera traducida al italiano en 1992 por 1492, Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla. 1492 Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla fue un New York Times Notable Book of the Year. Recibió el Premio Roger Caillois en Francia, por su obra de poesía y prosa; y, en Serbia, el más alto honor literario, la Llave de Oro de Smederevo, por su poesía. En 2005, el Estado de Michoacán lo distinguió con el primer Premio Estatal Eréndira de las Artes. Dos veces recipiente de la beca de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, Aridjis fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Indiana. Ha sido profesor visitante en las universidades de Indiana, Nueva York y Columbia, y fue distinguido con la Nichols Chair en Humanidades y Esfera Pública de la Universidad de California, en Irvine. Desde 1985 ha colaborado en la página editorial de los periódicos mexicanos La Jornada, Reforma y El Universal con artículos sobre medio ambiente, política y tópicos literarios.

                    Homero Aridjis ha servido a México como embajador en el Reino de los Países Bajos y en Suiza. Durante seis años fue Presidente Internacional de PEN Internacional, la organización mundial de escritores fundada en Londres en 1921. Desde abril de 2007 hasta la abolición del puesto en enero de 2010 fue embajador de México ante la UNESCO, donde defendió los derechos humanos, la libertad de expresión y la diversidad cultural, y fue un crítico abierto de la falta de transparencia y rendición de cuentas de la organización.

Han escrito sobre la obra de Aridjis:
Henri Michaux: “Homero Aridjis es un gran viajero del continente de la poesía”.
Juan José Arreola: “Asistir al desarrollo de su talento de poeta ha sido una de mis mejores alegrías”.
Yves Bonnefoy: “Una gran llama pasa a través de las palabras, la poesía de Homero Aridjis enciende la realidad en imágenes que a la vez la iluminan y la consumen, haciendo la vida una hermana del sueño. Aridjis es un gran poeta; nuestro siglo tiene gran necesidad de él”.

Octavio Paz: “En la poesía de Homero Aridjis hay la mirada, el pulso del poeta: hay el tono inconfundible de aquel que tiene necesidad de decir y que sabe que todo decir es imposible; hay la palabra plena y la conciencia de la oquedad de la palabra; hay erotismo y también amor; hay el tiempo discontinuo de la vida práctica y racional y la continuidad del deseo y de la muerte; hay la verdad original del poeta.” Perséfone (1967).

André Pieyre de Mandiargues: “Pasajes de este libro nos cautivan un poco a la manera de Los Cantos de Maldoror. Libro bastante único en las literaturas contemporáneas es este vasto poema en prosa que es narrativo sin dejar nunca de ser poético, que es realista quedando siempre fantástico y que reduce al lector a un papel de simple espejo en el que la visión fabulosa del poeta se inscribe como el sueño de un niño muy puro que hubiera hecho un agujero en el muro de las convenciones para observar a su antojo un espectáculo infame”, André Pieyre de Mandiargues.

Kenneth Rexroth: “Aridjis es un poeta visionario de beatitud lírica, concentraciones cristalinas y espacios infinitos. No puedo pensar en otro poeta de la generación de Aridjis en Latinoamérica que se sienta tan a sus anchas en los espacios azules de la iluminación -la iluminación del amor trascendente. Éstas son palabras para una nueva Flauta Mágica”, Kenneth Rexroth, introducción a "Blue Spaces". (1974).
Alejandro Jodorowsky: “Homero Aridjis es un gran poeta. Tiene afinidades enormes con el surrealismo y la ciencia ficción, pero más con la cábala. Tiene influencia mística, cabalística. Su lenguaje es muy rico, ha aportado una nueva manera de decir las cosas. Hay en su poesía el amor, no a la mujer o al hombre en especial, sino como lo cantaron San Juan de la Cruz, Salomón en el ‘Cantar de los cantares’, los místicos. Un amor muy vasto que se equipara a las cartas del Tarot 2 y 3: La Papisa y La Emperatriz.”
Juan Rulfo: “La poesía de Homero Aridjis es un símbolo del amor. Su obra es muy bella, sobre todo en el sentido de la expresión, que en él es muy original, muy nueva. Trata sus temas de una manera muy limpia. Debo aclarar que sus intenciones poéticas no son eróticas en el sentido que generalmente se da al erotismo, sino amorosas. Digo de Aridjis que es un poeta del amor, en el sentido más noble.”

"El último Adán" (1981). Luis Buñuel: “El apocalipsis será obra del hombre y no de Dios, lo que a mi juicio es una verdad absoluta. Ésa es la diferencia entre el delirio apocalíptico de El último Adán y la mediocre descripción apocalíptica de San Juan. Sin duda, la imaginación humana se ha enriquecido al paso de los siglos. El último Adán, ya su Eva desaparecida, recorre bajo un cielo oscuro y humo denso ciudades destruidas, campos yertos, atraviesa grupos humanos despavoridos, siempre con el pelo y cejas quemadas, vacías sus órbitas y vientres de pellejo colgante. Volcanes en erupción y entrechocar de grietas telúricas dificultan su marcha, humo, cenizas, esqueletos, miembros humanos por doquier y sobre todo la horrible putrefacción de la carne que yo llamo ‘olor dulzón de eternidad’.

‘La sonrisa innumerable del mar’, del Homero griego se ha extinguido y ahora es solo negrura y caos. La narrativa es una permanente y obsesiva reiteración que a mi juicio contribuye poderosamente a la terrible atmósfera de ese apocalipsis delirante de Aridjis cuyo titulo podría ser también Dies irae, dies illa, solvet saeclum in favilla (1) (1) He suprimido lo de teste David cum sibylla, porque me parece idiota." Luis Buñuel, “El último Adán de Homero Aridjis”, (Unomásuno, México, 1983).

"1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla" (1985).

Elie Wiesel: “En esta novela de lectura bastante amena, que trata de un capítulo muy especial y doloroso de nuestra historia, Homero Aridjis combina erudición, sensibilidad e imaginación poética. Yo la recomiendo calurosamente.”
Carlos Fuentes: “Un gran poeta mexicano, Aridjis abarca la historia y la ficción con el calor y la profundidad de una visión lírica.”

The New York Times: “Esta novela nos recuerda a clásicos como Don Quijote de Cervantes o a ciertos frescos por Velázquez y El Greco.”

Giuseppe Bellini: “'1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla' es sin duda una de las novelas de mayor relieve del siglo XX, digna de figurar entre las obras maestras de la narrativa hispanoamericana.” Giuseppe Bellini, Nueva Historia de la Literatura Hispanoamericana (1997).
"Gran teatro del fin del mundo" (1989).

Catherine Raffi-Beroud: “La idea de la destrucción final del mundo no es privativa del cristianismo. También en la tradición azteca cada ‘sol’ acababa con una catástrofe que lo destruía todo, pero era una catástrofe ‘natural’. En Aridjis, pese a todas las destrucciones el hombre sobrevive en un marco vital, en un mundo que es el teatro donde el hombre actúa, o sea el lugar de la representación, de la ilusión. Interesante es notar que en este mundo-teatro impera la locura y lo que se (re)presenta es un mundo al revés”. Catherine Raffi-Beroud, “Reflexiones acerca de 'Gran teatro del fin del mundo' de Homero Aridjis”, en "La luz queda en el aire, Estudios Internacionales en torno a Homero Aridjis", ed. Thomas Stauder (2005).

"La leyenda de los soles" (1993) y "¿En quién piensas cuando haces el amor?" (1995), es un díptico sobre la vida cotidiana en la ciudad de México en 2027 basado en la profecía mexicana del fin del Quinto Sol.

"Tiempo de Ángeles" (1994). J. M. G. Le Clézio: “Aridjis es un poeta inspirado y una especie de profeta, 'el único que todo lo ve'. "Tiempo de Ángeles", el poemario de Homero Aridjis, publicado en 1994, supone una etapa importante de su obra, compleja y combativa, que lo sitúa al lado de los grandes autores inspirados del siglo XX, junto a Wilfred Owen, T. S. Eliot y Augusto Roa Bastos.” J. M. G. Le Clézio, “Homero Aridjis, el hombre que habla con los ángeles”, Le Nouvel Observateur, 1994.
"La Montaña de las mariposas" (2000).

Carlos García Gual: “La montaña de las mariposas es un relato autobiográfico, pero a la vez una novela de costumbres. La mezcla de géneros narrativos viene así a conformar esta espléndida narración llena de autenticidad y de fulgor poético. La rememoración de la lejana niñez y adolescencia exige la de sus paisajes y paisanajes en cuadros que nos recuerdan como escenas que parecen impregnadas de un fantasmagórico realismo mágico acaecieron de verdad en pueblos como Contepec, y al margen de la sordidez y brutalidad hubo santuarios tan prodigiosos como el monte de las peregrinas mariposas monarca.” Carlos García Gual, "La Montaña de las mariposas", en “La luz queda en el aire, Estudios Internacionales en torno a Homero Aridjis, ed. Thomas Stauder (2005).

"Ojos de otro mirar" (2001). Seamus Heaney: “Los poemas de Homero Aridjis abren una puerta hacia la luz”, Seamos Heaney, en "Eyes to See Otherwise", 2001.

"La Zona del Silencio" (2002).

"Los poemas solares" (2005). Alejandro Jodorowsky: “Los poemas de Homero Aridjis son soles interiores.”

Tanto "La Santa Muerte" (2004) como "Sicarios" (2007) se encuentran entre las primeras novelas escritas sobre el tema del culto a la Santa Muerte y la violencia criminal en México.

"Sicarios" (2007). “Es una de esas novelas violentas y ágiles que no hacen más que mostrarnos descarnadamente los tiempos que estamos viviendo. En "Sicarios" se podrán hallar los ejemplares más truculentos de los bajos fondos mexicanos. Otro punto alto de la novela es conocer (y el reto que significa pasarlo a la ficción, por supuesto) al detalle la forma en que operan no sólo las bandas criminales, sino también los “guaruras” y las mismas autoridades policiales (que, en el fondo, parecen ser los mismos). Otro de los méritos de esta novela no sólo se detiene en lo anteriormente mencionado, sino en el empleo de un lenguaje claro, preciso, como el filo de una navaja, el cual parece que no hace más que ser un reflejo de sus personajes, de esa alocada carrera del crimen, del dinero, de los muertos, de los gobiernos corruptos. ¿Una novela pesimista? ¿Pesimista del siglo XX y XXI? Parece que sí, pues tengo la impresión de que Homero Aridjis al final nos dice que nada puede cambiar, que el crimen organizado (anónimo y por eso tan grande y efectivo) es el que preside los gobiernos del mundo por ahora y por todos los tiempos.” Wilmer Urrelo Zarate, (La Prensa, Bolivia, 2008).



"Los invisibles" (2010). Alberto Manguel: “Los invisibles es la historia de un hombre ordinario cogido en lo que aparece ser una odiosa conspiración internacional para destruir el mundo. El héroe es un fotógrafo parisino, Nicolas Antschel; la conspiración, una iniciada en el siglo XVII (o tal vez antes) por un grupo asociado con los Rosacruces y la Cábala Judía. De acuerdo a una leyenda antigua, existe una fórmula para hacerse invisible: notoriamente, la invisibilidad otorgará a quien posea el don, el poder inmenso de estar presente sin ser visto y de ser capaz de realizar todo tipo de acciones sin ser notado. Los dignatarios de la Iglesia, los inquisidores, y más tarde los Nazis en su búsqueda de dominio mundial, buscan encontrar a la persona o personas que conocen la fórmula secreta”. Alberto Manguel, Los invisibles, 2010.

J.M.G. Le Clézio: “'Los invisibles' es a la vez una historia, un itinerario místico y una contra historia de la mistificación, cuyas consecuencias son aparentes ahora en el Occidente. Después de leer la novela, creo que será imposible caminar por las calles de París sin sentirse rodeado por fuerzas invisibles”, J.M.G. Le Clézio.

Entrevista en Galerías VIP:



1 comentario:

  1. Excelente reseña felicitaciones al maestro Aridjis por su encantadora poesia(Sarah Carrere Mbodj cantautora de isla de Goree Senegal)

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